Doc.
1. La toma de Numancia por los romanos
<<Los numantinos, acosados por el hambre, enviaron a Escipion cinco
hombres, a los cuales habían encargado de averiguar si este les daría un trato
moderado si se entregaban a los romanos. Mas Escipion [...] les respondió que [...] debían ponerse en sus manos
y rendir la ciudad y sus armas. Los numantinos [...] se encolerizaron [...] y
asesinaron a [...] los cinco embajadores. No mucho después, [...] comenzaron a
lamer pieles cocidas [...] y carne humana cocida, comenzando por la de los
muertos; [...] luego no tuvieron ningún aprecio por la vida de los enfermos y
finalmente los más fuertes usaron de su fuerza contra los más débiles.
[...] El amor a la libertad y la valentía de
la pequeña ciudad bárbara fueron tan grandes, pues, aunque contaba con 8000
hombres en tiempos de paz, ¡cuán número de derrotas y de qué importancia
sufrieron a manos suyas los romanos, qué tratados establecieron con ellos en
igualdad de condiciones, cuán grande era el último general, que los puso asedio
con 60.000 soldados, a pesar de lo cual en numerosas ocasiones los numantinos
invitaron a pelear! Mas Escipión estaba más avezado que ellos en el mando del
ejército y no llegó a las manos con aquellas fieras, sino que los sometió por
hambre, un mal contra el que no se puede combatir, y que, además, era el único
medio con el que se podía vencer a los numantinos, y el único con el que se les
venció>>.
Apiano:
Ibérica
1.-
Clasificación del texto:
Este documento histórico es una fuente primaria, pues se trata de un fragmento de la obra del
historiador romano de origen griego, Apiano
(Alejandría - Egipto, c. 95–c. 165), autor de Historia Romana, en la que
insertó la historia de Iberia de carácter etnográfico, uno de los pocos
relatos disponibles de las Guerras Celtíberas y la conquista de Numancia.
2.-
Análisis.
Publio
Cornelio Escipión Emiliano fue un militar y político romano
del siglo II a.C. Fue nombrado de nuevo cónsul, para el año 134 a.C y se le asignó la
provincia de Hispania, con el mandato expreso de acabar con la resistencia numantina, donde los ejércitos romanos iban de
desastre en desastre.
Numantinos:
denominación referida a una desaparecida
población celtíbera, perteneciente a la tribu de los arévacos.
El
texto relata la táctica empleada por Escipión para vencer a los numantinos a
través del asedio y aislamiento del sitio con el exterior provocando la
hambruna y muerte de la población numantina. En el texto se deja entrever la
disparidad de fuerzas entre el pueblo celtíbero y la potencia romana lo que
indudablemente decantó la balanza a favor de Roma.
3.-
Comentario.
Este
texto se sitúa cronológicamente en la segunda etapa de la conquista romana de
la Península Ibérica que tuvo lugar a partir del 150 a.C y que enfrentó a Roma
con los pueblos celtíberos del interior de la Península, como ejemplifican las
guerras lusitanas (154-137 a.C) y las guerras celtíberas (154-133 a.C). Las
guerras lusitanas comenzaron a raíz de la incursión de un jefe lusitano en las
ricas tierras del sur de la Península. La actitud del general romano Galba
provocó un levantamiento general de los lusitanos, que, dirigidos por Viriato y
utilizando tácticas de guerrillas, derrotaron en varias ocasiones a los
romanos. El asesinato de Viriato, a manos de unos indígenas aliados de Roma,
debilitó a los lusitanos y abrió a los romanos el camino hacia los ricos
yacimientos del noroeste peninsular. Las guerras celtíberas (154-133 a.C), a
las que pertenece el sitio de Numancia comentado en el texto, también tuvieron
una larga duración, ya que los numantinos contaron con el apoyo de otros
pueblos, como los vacceos. Los romanos realizaron numerosas expediciones
dedicadas a la destrucción y al pillaje, hasta que el cónsul Escipión Emiliano
acabó con la resistencia celtíbera, tras la toma de Numantia en el año 133 a.C
y ocupó todas las tierras peninsulares hasta la cordillera Cantábrica.
4.- Conclusión.
El
proceso de conquista de la península Ibérica por parte de los romanos fue
gradual y espaciado en tres etapas. En un primer momento, Roma controló el
territorio costero peninsular, desde los Pirineos hasta el sur de Portugal,
venciendo a los cartagineses en la Segunda Guerra Púnica (218 - 197 a.C). En
una segunda etapa, a partir del 150 a.C, los romanos controlaron el territorio
del interior peninsular sometiendo a los pueblos celtíberos. Y, por último,
Roma sometió a los pueblo del norte (29-19 a.C), ya en tiempos del emperador
Augusto. Este proceso de conquista abrió, con diferentes ritmos y grados de
implantación, un fenómeno de aculturación conocido como romanización por el que
los habitantes de la península ibérica adoptaron las formas de vida romana en
sus aspectos políticos, económicos, sociales y culturales.
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